Aprendiz de 17 años ganó Clásico Simón Bolívar
Wilfred Vásquez, nativo de Ocumare del Tuy, hizo historia al ganar la carrera más importante del hipismo venezolano en 2020. Desde los 11 años decidió seguir los pasos de su padre, el también jinete Félix Vásquez.
(Caracas, Mar 28/EP).- Wilfred Vásquez, nativo de Ocumare del Tuy, hizo
historia al ganar la carrera más importante del hipismo venezolano en 2020.
Desde los 11 años decidió seguir los pasos de su padre, el también jinete Félix
Vásquez.
Seis años después fue el primero en
cruzar la meta en el lomo del caballo Apistos, durante el Clásico Simón
Bolívar. “El Niño Maravilla”, como algunos lo llaman, ya suma al menos 30
victorias
Con solo 17 años de edad, Wilfred Vásquez ganó la carrera más importante del
hipismo venezolano: el Clásico Simón Bolívar. Con este triunfo, el nativo de
Ocumare del Tuy, estado Miranda, se convirtió en el jinete más joven en ganar
esta competencia, disputada en diciembre de 2020, dos meses después de lo
habitual, debido a la pandemia por COVID-19.
La pandemia también fue el motivo por el cual Vásquez aún se encontraba en
Venezuela para esa fecha. Sus planes de viajar a Estados Unidos, donde hoy
brillan jinetes venezolanos como Javier José Castellano, Júnior Alvarado,
Emisael Jaramillo, Daniel Centeno y Ángel Alciro Castillo, fueron postergados a
propósito del virus. Y así, sin tenerlo planificado y contra los pronósticos
médicos, condujo al caballo Apistos hasta la meta, el 21 de diciembre del año
pasado, en el Hipódromo La
Rinconada de Caracas.
“El día anterior a esta competencia tuve una caída cuando montaba la yegua
Capadoccia. Los médicos me dijeron que era muy difícil que me recuperara en 24
horas; sin embargo, en la mañana del domingo, me dieron de alta”, recordó el
aprendiz en entrevista concedida a El Pitazo.
De lunes a sábado, Wilfred dedica sus mañanas a los traqueos y, en las tardes,
hace ejercicios. Los domingos pasa el día en el óvalo de Coche l Ronald E. Peña
Además de divertirse, Wilfred intentaba imitar a su padre, el también jinete
Félix Vásquez. En cada descuido agarraba su fuete y su casco. A los 11 años le
manifestó su deseo de ser como él, y al finalizar el primer año de
bachillerato, se mudó a Caracas con su familia. Doce meses más tarde, los
traqueos –acción de entrenar un caballo para las carreras– pasaron a ser sus
trabajos matutinos.
Me inicié caminando a los caballos, luego comencé a montar en los senderos
–área donde circulan los animales en La Rinconada– y así le fui agarrando cariño a esta
carrera hasta que me convencí de que ser jinete era lo mío
Jinete del Clásico Simón Bolívar
“Me inicié caminando a los caballos, luego comencé a montar en los senderos –área donde circulan los animales en La Rinconada– y así le fui agarrando cariño a esta carrera hasta que me convencí de que ser jinete era lo mío”, contó “el Niño Maravilla”, como algunos lo llaman, quien ya suma al menos 30 victorias.
Como toda profesión, ser jinete tiene sus exigencias. Una de ellas es el peso de los montadores. Esos requerimientos los obligan a ser disciplinados a la hora de alimentarse y aunque a Wilfred le encantan las hamburguesas y las pizzas, ha aprendido a comer balanceado.
“Mido 1 metro 64 centímetros y peso 49 kilos. Estoy dentro del rango requerido. Si el jinete pesa mucho, el caballo se cansa más y no rinde en el terreno”, señaló Wilfred, quien prefiere montar caballos que corren en puntas porque descifra mejor la carrera.